¡Somos un Sitio de Peregrinación del Año Jubilar 2025!

NUESTRA IGLESIA HA SIDO DESIGNADA COMO SITIO DE PEREGRINACIÓN DEL AÑO JUBILAR DE LA ESPERANZA 2025 – Nos sentimos honrados y bendecidos de anunciar que Sta. Rita de Cascia ha sido designada como un Sitio de Peregrinación Arquidiocesano oficial para el Año Jubilar de la Esperanza 2025. Como parte de este tiempo extraordinario de gracia y renovación, invitamos con alegría a todos los fieles de toda la Arquidiócesis de Chicago a visitar nuestra parroquia y experimentar las bendiciones espirituales de este año santo.

Esperamos dar la bienvenida a los peregrinos: familias y grupos de toda la arquidiócesis mientras caminamos juntos en la fe durante este próximo año. Nuestro horario de Misas, reconciliación y adoración se publicará en la página del Año Jubilar de la arquidiócesis (enlace disponible abajo) para que los peregrinos de toda la arquidiócesis puedan verlo y planificar una visita de peregrinación a nuestra parroquia. Celebremos el Año Jubilar de la Esperanza 2025 como un año de renovación con corazones abiertos y llenos de esperanza.

El Jubileo nos pide que nos pongamos en camino y que superemos algunos límites. Cuando nos movemos, de hecho, no cambiamos solo de lugar, sino que nos transformamos nosotros mismos.

Abraham, en la Biblia, es descrito así, como una persona en camino: “Sal de tu tierra, de tu patria, y de la casa de tu padre” (Gn 12,1). Con estas palabras comienza su aventura, que termina en la Tierra Prometida, donde es recordado como un “arameo errante” (Dt 26,5).

La peregrinación es una experiencia de conversión, de cambio de la propia existencia para orientarla hacia la santidad de Dios.


SITIO WEB DEL AÑO JUBILAR DE LA ARQUIDIÓCESIS

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ORACIÓN DE JUBILEO – El Papa Francisco al comienzo del año jubilar compartió la siguiente oración: Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino. Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria. La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y la paz de nuestro Redentor. A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos. Amén.

“JUBILEO” ES EL NOMBRE DE UN AÑO PARTICULAR – Bonifacio VIII, en 1300, convocó el primer Jubileo, llamado también “Año Santo”, porque es un tiempo en el que se experimenta que la santidad de Dios nos transforma. Con el tiempo, la frecuencia ha ido cambiando: al principio era cada 100 años; en 1343 se redujo a 50 años por Clemente VI y en 1470 a 25 años por Pablo II. También ha sido diferente el modo de celebrar este año: en el origen coincidía con la visita a las Basílicas romanas de san Pedro y san Pablo, por tanto, con la peregrinación, posteriormente se añadieron otros signos, como el de la Puerta Santa. Este año nuestra parroquia de Sta. Rita de Cascia ha sido elegida un sitio de peregrinación. Al participar del Año Santo se obtiene la indulgencia plenaria.

INDULGENCIA – Durante este año Jubileo el Papa Francisco ha concedido Indulgencia Plenaria para fieles que hacen peregrinación. La indulgencia es una manifestación concreta de la misericordia de Dios, que supera los límites de la justicia humana y los transforma. La indulgencia permite liberar el propio corazón del peso del pecado, para poder ofrecer con plena libertad la reparación debida. Los fieles podrán conseguir la indulgencia por: Visitando un lugar designado como lugar de peregrinación, Pasando tiempo en oración ante el Santísimo Sacramento, Rezando la Liturgia de las Horas o el Rosario o el Vía Crucis, Haciendo una profesión de fe y rezando por las intenciones del Santo Padre, Participando en la celebración de la Eucaristía (dentro de 2 semanas) y Reconciliación (dentro de 2 semanas).

El Papa Francisco anunció que “Peregrinos de la Esperanza” es el tema de este Año Santo. El Papa reza para que el Año Santo esté marcado por “una fe profunda, una esperanza viva y una caridad activa”. Un año santo o jubileo es un tiempo de peregrinación, oración, arrepentimiento y actos de misericordia, basado en la tradición del Antiguo Testamento de un año jubilar de descanso, perdón y renovación. Durante los años santos, los católicos pueden recibir una indulgencia plenaria, que es una remisión de la pena temporal debida por los pecados Con motivo del Año Jubilar, el Papa Francisco ha concedido una Indulgencia Plenaria. Uno de los medios para obtener la Indulgencia es que los fieles realicen una peregrinación a una iglesia designada como Lugar de Peregrinación del Año Jubilar desde el 29 de diciembre de 2024 hasta el 28 de Diciembre de 2025.

CARIDAD – La caridad constituye la característica principal de la vida cristiana. Ninguno puede pensar que la peregrinación y la celebración de la indulgencia jubilar puedan ser relegadas a una forma de rito mágico, sin saber que es la vida de caridad la que les da el sentido último y la eficacia real. Asimismo, la caridad es el signo preeminente de la fe cristiana y su forma específica de credibilidad. En el contexto del Jubileo no se debe olvidar la invitación del apóstol Pedro: “Ante todo, tened entre vosotros intensa caridad, pues la caridad cubre multitud de pecados” (1Pe 4,8). Según el evangelista Juan, el amor hacia el prójimo, que no viene del hombre, sino de Dios, permitirá reconocer en el futuro a los verdaderos discípulos de Cristo. Resulta entonces evidente, que ningún creyente puede afirmar que cree si después no ama y, viceversa, no puede decir que ama si no cree.

PROFESIÓN DE FE – La profesión de fe, es un signo de reconocimiento propio de los bautizados. En ella se expresa el contenido central de la fe y se recogen sintéticamente las principales verdades que un creyente acepta y de las que da testimonio en el día de su bautismo y comparte con toda la comunidad cristiana para el resto de su vida.

“Porque, si profesas con tus labios que Jesús es Señor, y crees con tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con los labios se profesa para alcanzar la salvación” (Rm 10,9-10). Este texto de san Pablo subraya cómo la proclamación del misterio de la fe exige una conversión profunda no solo de las propias palabras, sino también y sobre todo de la propia visión de Dios, de uno mismo y del mundo. “Recitar con fe el Credo es entrar en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, es entrar también en comunión con toda la Iglesia que nos transmite la fe y en el seno de la cual creemos” (CCC 197).

LITURGIA JUBILAR – La liturgia es la oración pública de la Iglesia: según el Concilio Vaticano II, es el “culmen hacia donde tiende” toda su acción “y, al mismo tiempo, la fuente de la que mana toda su energía”. En el centro está la celebración eucarística, donde se recibe el Cuerpo y la Sangre de Cristo: como peregrino, él mismo camina junto a los discípulos y les revela los secretos del Padre, de tal modo que puedan decir: “Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída” (Lc 24,29).

AÑO JUBILAR DE ORACIÓN – Hay muchos modos y muchas razones para rezar; la base es siempre el deseo de abrirse a la presencia de Dios y a su oferta de amor. Jesús quien ha confiado a sus discípulos la oración del Padre Nuestro comentada también por el Catecismo de la Iglesia Católica (cfr. CCC 2759-2865). La tradición cristiana ofrece otros textos, como el Avemaría, que ayudan a encontrar las palabras para dirigirse a Dios: “Mediante una transmisión viva, la Sagrada Tradición, el Espíritu Santo, en la Iglesia, enseña a orar a los hijos de Dios” (CCC 2661).

Los momentos de oración realizados durante el viaje muestran que el peregrino posee los caminos de Dios “en su corazón” (Sal 83,6).

AÑO JUBILAR DE RECONCILIACIÓN – El Jubileo es un signo de reconciliación, porque abre un «tiempo favorable» (cfr. 2 Cor 6,2) para la propia conversión. Uno pone a Dios en el centro de la propia existencia, dirigiéndose hacia Él y reconociéndole la primacía.

Como recordaba el Papa Francisco en la bula de convocatoria del año santo extraordinario del 2015: “La misericordia no se opone a la justicia, sino que expresa el comportamiento de Dios con el pecador, ofreciéndole una nueva oportunidad de arrepentirse, convertirse y creer […].

Concretamente, se trata de vivir el sacramento de la reconciliación, de a provechar este tiempo para redescubrir el valor de la confesión y recibir personalmente la palabra del perdón de Dios. Hay algunas iglesias jubilares que ofrecen continuamente esta posibilidad. Puedes prepararte siguiendo un esquema.